El Parque Natural de los Valles Occidentales, el más occidental del Pirineo aragonés, lo constituyen los valles de Aísa, Borau, Aragüés-Jasa, Hecho y Ansó. Lindante con Francia, ofrece unos variados contrastes, fruto de la influencia atlántica al norte y la mediterránea al sur. La cabecera del valle de Aísa la forman los valles de Igüer y Rigüelo, donde los prados y el pino negro dominan el paisaje, con el telón de fondo de sus colosos (el Aspe, la Llana de la Garganta y la Llana del Bozo) y los picos de los Lecherines. Paseando junto al río o ascendiendo a sus cimas podrá encontrarse con el quebrantahuesos, las chovas piquigualdas o piquirrojas, el buitre, el águila real, el gorrión alpino o algún inquieto treparriscos… También se verá sorprendido por el estridente silbido de las marmotas y los saltos de los sarrios entre los peñascos. Conforme descienda siguiendo el río Estarrún, los bosques de hayas y pinos silvestres le ofrecerán estampas mudables, desde el color vivo de las hojas que retoñan en primavera, hasta el rojo plomizo del otoño, precursor de la introspección del invierno. El repiqueteo del pito negro le acompañará en sus paseos por el hayedo de Abi o el pinar de Sibiscal, y los cantos del carbonero, el herrerillo o el verderón serrano harán inolvidable su incursión por estos bosques encantados. El Estarrún se irá engrosando hasta llegar al pequeño pero coqueto pueblo de Aísa, donde Casa Estarrún se estableció para acogerle y aconsejarle en su visita a este bellísimo rincón del Pirineo.