Ascensiones

Casa Estarrún

13 junio 2018

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Ascensión al pico de La Magdalena desde Abi

Fecha: 10/05/2018. En primavera (mayo y junio) y verano no se necesitan crampones o piolets, pero con nieve es necesario equipamiento.

Dificultad: Media (es exigente desde la plana de Abi y luego se requiere buena orientación, pues el camino no está señalizado; esta excursión coincide inicialmente con la ruta circular por el hayedo de Abi, ideal para hacerla con niños, como mostraremos en otra entrada).

Duración: Ascensión alrededor de 2,5 horas, y descenso 1,5 o 2 horas, ya que exige precaución al descender hasta la borda de Laña o el cubilar de La Setella.

Desnivel: 933 metros

Altitudes: Área recreativa de Abi: 1.350 metros. Pico de La Magdalena: 2.283 metros

Ruta: Véase el track (incluye los cruces y algunas fotografías)

El pico de La Magdalena se encuentra en la sierra que, junto con el pico de Las Blancas y la punta Sallerre, al sur, y Los Lecherines, al norte, forma el límite oriental del valle de Aísa. Sierra que, a su vez, coincide con la muga que separa el valle de Aísa y el de Borau. Esta ascensión circular al pico de La Magdalena (2.283 m) parte del hayedo de Abi, un bosque de cuento, y se asciende por un cordal o cresta en dirección Este que sube directamente hacia la cima, con cierta pendiente. El descenso lo realizaremos, con cuidado de no desorientarnos y evitando algunos cortados, por otro cordal situado al sur del pico, el cual, en dirección Oeste, baja directamente hasta el cubilar de La Setella, para adentrarnos de nuevo en el hayedo de Abi, tras atravesar la plana de Abi.

Esta ascensión sobresale por sus incomparables panorámicas de la sierra de Aísa y los valles de Igüer y Rigüelo, por rincones de una gran belleza (como la plana de Abi, el balcón de La Magdalena, el cubilar de La Setella…), por el maravilloso hayedo de Abi y por unos portentosos ejemplares de pino negro y silvestre. En fin, una excursión que aconsejamos a todo amante de la montaña y de los bosques.

Descripción de la ruta

La ascensión comienza en la llamada área recreativa de Abi, lugar donde encontraremos un merendero cubierto y algunas barbacoas en desuso y cerradas por el peligro de incendios, y está localizada justo en frente del hayedo del mismo nombre. Desde aquí, y después de cruzar el río Estarrún por un puente peatonal de madera, giraremos a la izquierda por un sendero que nos adentrará directamente en el hayedo de Abi. En seguida, a unos 50-80 metros, giraremos a la derecha para coger el sendero que nos lleva atravesando el hayedo hasta la plana de Abi, la parte superior del mismo. Recientemente han señalizado el sendero los forestales del parque, por lo que es sencillo seguirlo si estamos atentos a las señalizaciones y los hitos.

Al principio el sendero sube con cierta pendiente, para luego girar a la izquierda (Norte) hacia las cuevas de Abi, pequeñas cuevas que antiguamente se usaban como majadas donde se protegía el ganado al abrigo del roquedo. En esta pared de piedra caliza es fácil divisar a los buitres revoloteando e incluso, con prismáticos, a los polluelos en sus nidos. El sendero sigue unos metros paralelo a la pared, para luego girar a la derecha (hacia el Sureste) y dirigirse a la plana de Abi. Al atravesar esta zona alta del hayedo es posible escuchar los chillidos del pito negro al echar a volar por nuestra presencia y, si somos silenciosos, divisaremos algún pequeño mochuelo boreal o al gran búho real entre la espesura. Además, si estamos atentos a las señales del bosque, escucharemos a algún trepador azul, algún reyezuelo o algún que otro inquieto herrerillo capuchino.

Una vez que alcancemos la plana de Abi (25-30 min. a ritmo de adultos), divisaremos una pradera verde abierta entre hayas y pinos negros, que en primavera se puebla densamente de lirios blancos y que es surcada por un manantial de aguas cristalinas (el barranco de Vistosla). Es fácil sorprender desapercibido a algún corzo alimentándose de estos verdes pastos e incluso, en el principio de la primavera, a alguna manada de sarrios que se han aventurado hasta aquí en busca de la frescura del pastizal. Estos prados son prolíficos en algunas de las setas más fácilmente identificables (como champiñones e isones, o setas de San Jorge), por lo que podemos disfrutar buscándolas en primavera y otoño.

Hasta aquí la ascensión coincide con la ruta circular por el hayedo de Abi, una excursión imprescindible con niños, en la que disfrutarán del encanto del bosque y de la amplitud de la plana de Abi, y aprenderán a respetar estos paisajes que debemos legar en el mejor estado posible a las generaciones futuras. Nosotros seguiremos girando a la izquierda, en dirección Norte, siguiendo el cordal que separa el hayedo de la plana de Abi hasta que, unos 100-150 metros más adelante, nos adentremos de nuevo en una zona más elevada del hayedo. Continuaremos por un antiguo camino señalizado por hitos que servía de paso hacia el valle de Rigüelo por el barranco de La Magdalena.

Seguiremos por este sendero en dirección Norte, y en unos 15 minutos el sendero girará hacia el Este siguiendo un cordal que sube con cierta pendiente. Este cordal ya no lo dejaremos hasta alcanzar la cima. Se irán quedando atrás las hayas y encontraremos bonitos pinos negros, algunos aferrados a las rocas y contorsionándose para alcanzar la luz. En unos 25 o 30 minutos de ascensión salvaremos por su izquierda un farallón de piedra, luego continuaremos por la cresta con precaución hasta alcanzar una terraza (10 min.) en la que ya dominan los prados alpinos, y apreciaremos una panorámica inigualable de toda la sierra de Aísa. Será fácil distinguir al quebrantahuesos sobrevolando Los Lecherines en busca de comida, y si tenemos suerte veremos a las negras crías desarrollando sus destrezas en el aire.

Una vez aquí divisaremos a lo lejos la cima, seguiremos por el cordal en dirección Este hasta superar el camino de Las Blancas (que sube hasta el refugio de López Huici desde Borau) en unos 30-35 min., y unos 15 o 20 minutos más tarde alcanzaremos el pico de La Magdalena. Las vistas desde allí nos permitirán observar el Bisaurín, el Aspe, Los Lecherines, las Llanas hasta la Collarada, e incluso la mole volcánica del Midi d’Ossau. Merecerá la pena deleitarnos con lo que nos rodea.

Para descender seguiremos el cordal que en dirección Sur va paralelo al camino de Las Blancas y que va a dar lugar al pico del mismo nombre. Si hay nieve emplearemos crampones. Continuaremos por el cordal hasta que en 15 o 20 min. lleguemos a una especie de cima en la que se encuentra una pequeña y antigua construcción de piedra en buen estado que servía de refugio de pastores y hoy lo es de montañeros. En este punto, comenzaremos a descender con más pendiente en dirección Oeste por otro cordal que desemboca en el cubilar de La Setella y el refugio de Laña. En el descenso hay que salvar un cortado por su parte izquierda, que con las precauciones necesarias se supera sin problema. Como no existe un sendero señalizado, descenderemos más despacio, previendo la existencia de pequeños cortados que evitaremos. En unos 40-45 minutos alcanzaremos la cabaña de Laña, rincón con una cierta aura fantasmagórica por la presencia de grandes ejemplares secos de pino negro. En la zona también suelen pastar rebaños de sarrios, que en primavera engrosan sus crías.

Una vez en el refugio seguiremos una pista que desciende en dirección Norte entre pinares en los que en otoño pueden encontrarse boletus, y en unos 5 o 10 min. el camino girará en dirección Este, abriéndose un claro en el bosque. Al llegar a este prado, en su parte final, se puede cruzar el barranco de Vistosla para, después de atravesar la plana de Abi, descender por el hayedo siguiendo el mismo camino del ascenso, o bien seguir esta pista, la cual, tras un cruce en el que giraremos a la derecha, en una media hora nos conducirá a nuestro punto de partida, el área recreativa de Abi.

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